"En 1137 los monjes García, Diego, Juan y Pedro buscaban un lugar, adecuado para establecer un monasterio, que encontraron en Oseira; pidiendo a continuación a Alfonso VII que les otorgase el privilegio de coto. El siguiente paso fue encontrar gente que tuviera propiedades en el territorio y que se las concediese a la nueva fundación, algo que también lograron los cuatro monjes. En la relación de personas que se hizo se incluyeron nombres que de personas que identificadas como miembros del círculo del rey, tales como Pedro Bazaco o Munio Tacón, y una doña Guntrode Suárez que puede ser la misma que unos pocos años después fundará su propio cenobio en Vilanavoa de Dozón, cerca de Oseira; entre los nombres recogidos en la lista ningún campesino que viviesen en las proximidades de donde se iba a levantar el cenobio. La solicitud enviada al rey fue contestada por este el 2 de septiembre del 1137 desde Toledo, donde se les expidió la carta de coto a favor de la reciente fundación y en la que se dice que los ruegos de los monjes fueron presentados a Don Alfonso por el conde don Fernando Pérez de Traba y se designaba ya a uno de ellos, García, como abad".
Francisco Javier Pérez Rodriguez: Mosteiros de Galicia na Idade Media